Bahía Blanca - Rafael Arce
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Para Alberto Giordano La novela de Martín Kohan descansa en un procedimiento muy sutil y tanto más eficaz: el trabajo que demanda dos incompatibilidades formales. Tardé más o menos la mitad de la novela en darme cuenta (porque terminarla implica arruinar la conjetura inicial, tan sugestiva) y no estoy seguro de que no sea algo que empieza a funcionar así promediando el relato (hasta que se esfuma). Me refiero a esto. La ficción parece adoptar el formato del diario. El protagonista viaja a Bahía Blanca huyendo o buscando (el lector se irá enterando a partir de la mitad de la historia) y lo que leemos son las anotaciones, con fechas precisas y momentos de la jornada. Ahora bien, la novela utiliza predominantemente el presente: esta dominante se contradice -o parece contradecirse- con la escritura de un diario, en la cual se consignan los hechos, circunstancias, minucias, detalles, de una jornada determinada. No puedo explicarme sin un fragmento: 15 de...