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Mostrando entradas de febrero, 2023

Refutación de Felisberto Hernández, tontas ocurrencias - César Aira

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  [Noticia: En 1988 Alberto Giordano publica “Felisberto Hernández, tontas ocurrencias” en el N°3 de la revista Paradoxa . En 1992 el ensayo es incluido en el libro La experiencia narrativa . Meses después, tras la lectura de este último, César Aira envía por correo a Giordano una carta que contiene un comentario de sus argumentos y una breve “refutación” del texto. La “refutación” forma parte del intercambio personal de ambos, por lo que no estaba pensada originalmente para ser leída por otros. No es, sin embargo, el carácter documental del material inédito lo que alienta por primera vez su publicación, sino la fuerza y originalidad de las ideas con las que Aira piensa la relación entre literatura y crítica.]     Felisberto Hernández, tontas ocurrencias - Alberto Giordano   I Para Saer, que lo leyó con pasión –a veces en forma arbitraria, siempre intensamente–, Felisberto Hernández se parece a Robbe-Grillet: en uno y otro encuentra la misma obsesión por los maniquíes, en u

Texto leído por una infiltrada en una reunión herética - Katherina Frangi

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  Soy una invitada. Alien le dicen acá, o eilien. Por Polleri, claro, quizás por lo que le dije a Luppino una vez en la terraza de El Espacio. Lo sigo diciendo: Polleri me cambió la vida, tiene razón. Pero me adelanto, paciencia. Es un juego leerlo, imaginar la escritura in medias res . Un delirio. ¿Se acordará de que lo mencioné en mi aplicación al doctorado? La literatura delirante del cono sur, dije, y compraron. ¿Cómo no? Hay un libro acá, La alegría de las mujeres , que no es Gran ensayo sobre Baudelaire . Es Hum, no Hem, además. Lo encontré en la FED y lo compré sin pensarlo. Una chica me hablaba de sus libros y me decía ta. El ta, ese ta, el ta ta ta ta que es la gotita que cae en la frente, que despierta, que tortura, que ta ta ta. Era Polleri, al final, el delirio de Polleri. Ta. Lo leo, recuerdo el anterior, el hermanito mayor que fue mi inicio en este mundo raro. Lo leo y voy marcando, se marca la genialidad, la audacia. "Lo que hago es darles mi amor y, claro que

Biografía - Carlos Surghi

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              A Marcelo Cohen, in memoriam porque me invitó a escribir reseñas breves como ejercicios de estilo   El verano se adelanta a la primavera y por mediados de noviembre se instala como el amigo indeseable. Yo entonces me oculto y cerca del mediodía veo por última vez los claveles enanos, las vincas azules, las clavelinas rosas, los botones amarillos como antenas de las santolinas y me pregunto, ¿sobrevivirán al calor que en unas horas lo encenderá todo? ¿Será de nuevo perceptible el temblar de las salvias escarlatas −no por el aleteo de un colibrí− sino por el estremecimiento minutos antes de caer cual manto radiante de pétalos marchitos? ¿O cada ramillete se desvanecerá, se desprenderá de su forma hasta dejar un tallo vacío por el que todo comienza de nuevo mientras gravito alrededor de lo mismo? Leer se convierte entonces en un desvío a toda obligación; escribir se vuelve un estado de abandono a cualquier requerimiento del exterior, salvo esa mínima atención al manten

De la fiesta, la pérdida y el juego - Rafael Arce

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  (Leyenda: texto leído en el panel “El Ser de Saer. Cómo lo sagrado viene al lenguaje” el 13 de agosto de 2022, organizado por Fundación Centro Psicoanalítico Argentino).   En 1994, Juan José Saer publica su décima novela, La pesquisa . En ese entonces, a los lectores de esta obra pudo haberlos desconcertado. Un lector que no conociera su obra podía disfrutar del policial y tal vez aburrirse de la parte específicamente saeriana del relato, que en apariencia era una historia desvinculada de la trama de enigma. Un lector saeriano, en contraste, se impacientaba con el relato de género y respiraba tranquilo cuando el policial se absorbía en la historia y el universo propios del escritor. La crítica habló de parodia, de deconstrucción, de alegoría, de lectura política, subordinando la trama de enigma a la indecidibilidad característica de esta obra. En efecto, tomarse el policial en serio y desprenderlo de la trama propiamente saeriana parecería algo ingenuo. No obstante, puede hacer