Escalada - Carlos Surghi

A Julieta Canedo, que tradujo a Dorothy Wordsworth y me señaló la mejor entrada de su diario Lo primero que vi al llegar luego de más de seis horas de viaje fue una gran pared de hielo color celeste que, por más que intentara, con apenas seis años de edad, no entendía, o mejor dicho, no lograba explicarme, cómo se erguía ante mis ojos, cómo, cual una araña gigante y de cristal, se descolgaba desde la falda media de las montañas, cómo, cual un trozo de hielo en un fuentón una tarde de enero en la que se enfrían las bebidas con las que se recibirá el año nuevo en el calor estival de fines de diciembre, flotaba sobre el agua de un color turquesa que por momentos tornaba hacia el azul. Irregular en su parte alta, cincelado por el capricho de un escultor modernista, lleno de grietas en su cara frontal, grietas que más bien parecían heridas, tajos de un cuchillo, desgarros de un movimiento que despereza lo que perma...