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El puto amo de todo esto (IV) - Pablo Farrés

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  [Novelita folletinesca - Cuarta parte]   Acerca de la ubicación del Rancho Sideral, poco tengo para decir. La dirección y las coordenadas nos llegaron por correo en un sobre manchado de aceite. Tomamos un tren y luego un ómnibus hacia las afueras de una ciudad que no me es dado revelar. Descendimos en un pequeño pueblo de campesinos. Desde allí, tuvimos que seguir caminando hacia el norte durante un par de horas. Los pastizales, el pedregullo y el aire sucio del horizonte fueron el único paisaje. No habíamos previsto la sed ni el hambre. Un sol verdoso se pudría sobre nuestras cabezas. Ya cansados de caminar sin sentido, discutimos la posibilidad de renunciar a nuestra meta. Recién entonces, a punto de abandonarlo todo, apareció el Rancho Sideral. No llegamos a él, simplemente apareció. Creo incluso que cuando renunciamos a llegar, fue el Rancho Sideral el que vino a nosotros. De aquello aprendí que nadie es capaz de anticipar su llegada. En todo caso, sólo viene cuando ...

El ensayista jubilado - Felipe Charbel

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[Traducción: Guillermina Torres Reca]   Comienzo por dos historias muy conocidas. La primera es la del político y “hombre de letras” francés que, cerca de cumplir los 40 años, se aisló en su castillo para “pasar descansando” el resto de sus días. Su plan era vivir “en completa ociosidad”, después de haberse dedicado, con más empeño del que le habría gustado, a las fatigas de los cargos públicos y del belletrismo renacentista (fue miembro del parlamento de Bordeaux, negoció con reyes y ministros, y ocupó sus horas libres ensañado con la traducción de un incomprensible tratado de teología natural, escrito por un filósofo catalán, solo porque eso le daba algún prestigio). Ya debe haber quedado claro que estoy hablando de Michel de Montaigne.  Para un humanista del siglo XVI, era muy difícil no dejarse seducir por las imágenes del “ocio honrado” que poblaban la literatura de la Antigüedad: los amenos jardines, las lecturas al aire libre, las caminatas tranquilas, las conve...

El puto amo de todo esto (III) - Pablo Farrés

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  [Novelita folletinesca - Tercera parte]   La presencia del dogo argentino en mi pequeño hogar y el hecho de que decenas de palomas cayeran muertas ante mis pies cada vez que salía a la calle, me hicieron pensar cuál era el límite de los rituales levrerianos. ¿Dónde comenzaba y dónde terminaba la “experiencia de la muerte”? “Realidad” y “experiencia de muerte” parecían fundirse en un mismo evento.   Mi Travesti Peruano, mi pequeño hogar, toda la ciudad de Berlín, me parecían siempre estar al borde de desintegrarse y revelarse como una alucinación.     Durante ese tiempo de incerteza y desolación, mis pensamientos estuvieron abocados a mi único y verdadero amo. Quería comportarme como él lo esperaba, mi devoción se volvió más férrea. Ante su imagen grabada en mi mente, me arrodillaba y le rogaba que me perdonara. Lo sospechaba en todos lados. Siempre me estaba viendo, sabía todo lo que hacía, incluso lo que pasaba por mi mente. La persistencia del perr...